EL CONVENTO (FIN)

En la celda de castigo... oscura... aislada de la luz, el ruido, el exterior.. solo Su voz desde la puerta, el silencio, el frío, la humedad...... sus palabras repitiendo "perra.. puta.. mira como te ves".... ocurrió

Simplemente me observaba callado sin apartar por un momento sus ojos de mí

Me desnude ante su mirada

Escuchaba mi corazón latir fuertemente

Crucificada sobre la piedra me elevaba

Volaba sobre el suelo.. mi mente se había ido a ese espacio donde solo existe El y Su mirada y Su respiración

 ¿Tan puta podía ser? ¿Tanto? Así sin más le ofrecí el espectáculo

Me ofrecí por completo adentrada como estaba en ese mundo al que El me empuja... Yo desaparecí

.

Gracias Amo

EL CONVENTO (II)

El entró detrás mío siguiendo mis pasos y sé que observandome sin perder detalle. Estaba agitada con la respiración entrecortada cuando le oí decir... "no te da verguenza como te mueves.. mira... la niña bonita educada en un colegio religioso y ahora aquí... en un lugar sagrado moviéndose como una puta...."

Susurraba en mi oído, derretía palabras alrededor de mi cabeza.... se metía dentro de mi cerebro estrujándomelo a la vez que removía todos los principios acumulados durante años.... acaso me quedaba alguno? "Seguro que solo piensas en zorrear... menuda guarra estas hecha..."

La celda era angosta, estrecha. Difícilmente cabría allí un hombre tumbado a lo largo. Las paredes frías. La ventana diminuta dejaba paso a la única luz que había reinado durante siglos en aquel lugar. Ordenó sin vacilar... "muestra tu coño de perra ante tu Amo". La verguenza corría por mis venas tan rápidamente que... sería por ese motivo.... la cabeza me martilleaba. Todo aquello me parecía imposible mientras mis manos obedientemente alzaban mi vestido. El coño surgió ante su mirada desprovisto de bragas. ¿Por qué motivo una zorra como yo iba a usarlas? Por ninguno. Y escuché el flash. Y a mis oidos llegó otra orden.

"Girate y ofrece tu culo y tu coño de perra a tu Señor"  Dicho y hecho. Como una autómata, sin pensar, me dí la vuelta y me expuse según lo indicado por mi Dueño. Unicamente escuchaba sus órdenes, el click de la cámara  y algún que otro sonido proveniente del exterior. Pájaros, grillos.. El viento me acariciaba la cara cuando de repente sentí un golpe, y otro, y luego otro más. ¡Estaba azotándome! Cada vez más fuerte, cada vez con más intensidad. Yo no me movía de mi sitio. Y entonces de nuevo sorprendida noté su cuerpo sobre el mío.. movi el coño... inconscientemente mi instinto animal me llevaba a buscar lo que tanto ansiaba todo mi ser.. Su polla.. para ser penetrada.. más que penetrada.. violada.. en aquél lugar recóndito de la sierra lusitana.. donde tantas oraciones, rezos, castigos se esparcieron desde el cielo hasta el infierno. Y allí estaba yo.. y allí estaba El .. "escucha perra... escucha los sonidos de los golpes en tu culo.. cierra los ojos e imagina los látigos, los gemidos, el sufrimiento.. escúchalos dentro y fuera de ti"

Me folló con violencia una y otra vez... abofeteándome.. golpeándome.. escupiéndome.. Me embestía salvajemente mientras el marco de la ventana me arañaba las tetas y se clavaba en mis pezones. Aun así yo no dejaba de moverme... hacía delante.. hacía atrás...  El me usó sin pudor alguno ... tomando lo que era suyo por derecho hasta que Su polla salió de mis entrañas.... "pero que zorra eres" susurró.... "pero que zorra soy...."

"Perra afortunada... hija de puta... pero que suerte tienes"

EL CONVENTO (I)

Tenía 16 años la primera vez que recorrí aquél sinuoso sendero que no solo me llevó a un lugar inhóspito y desolado, sorprendente y emocionante sino que me hizo traspasar los límites de mis fantasías y elevó mis ardientes hormonas a un estado casi místico al cruzar su umbral. Recuerdo las sensaciones perdidas en la piel que gritaba por ser acariciada, azotada, castigada  tal y como mi  imaginación febril  golpeaba en mis entrañas. Sin embargo el tiempo provocó algo curioso... borró su nombre, su localización, su ubicación geográfica y solo mantuvo en mi retina las imágenes de las celdas, las ruinas, la oscuridad, el silencio sobrecogedor en medio de la nada... y del deseo latente contenido.

Cuando mi Señor decidió llevarme de vacaciones a Lisboa ni por un momento se pasó por mi cabeza que mis pies volverían a pisar aquel lugar misterioso....de su mano.Llegamos al atardecer de un día de primavera lejos del gentío y fuera de toda ruta turística por una carretera estrecha, repleta de curvas y que hacía predecir la maravilla a la que nos acercábamos. Yo intuía las sensaciones que se despertaban en mi memoria agitándome sentada en el asiento del copiloto. El esperaba pacientemente ver las imágenes que su perrita había logrado exprimir de la cabeza.

Nada más llegar a la puerta la orden te advertía del peligro. Era la última decisión tomada por tu libre albedrío. Podías elegir entrar y quedarte.... ofrecida y entregada para siempre en un camino sin retorno... o podrías pasar por el camino del visitante. Obviamente... elegí el camino de la entrega.

Y ahí comenzó la verdadera historia que en mi interior se ubicaba en un paralelismo total con mi vida. Entrega, obediencia, sumisión, control, jerarquía...

Estaba en el lugar de mis Sueños adolescentes más ocultos y perversos, guiada por mi único Dios