Si eso me siento yo.. una perrita y por ese motivo casi siempre voy con mi identificación a cuestas. A veces un llaverito, a veces un collar, una pulsera..... mi Amo me obliga a llevarla por si me pierdo que sepan a quien entregarme. Ha de ser cierto porque soy un poco torpe y porque lo dice El. Menos mal que Mi Señor piensa en todo... no como yo.
Me gusta ser una perrita y disfruto así. Aunque en un principio me resultaba un poco difícil. Jamás lo deseée o si? Fue El quien poco a poco introdujo la idea en mi cabeza, la moldeó, la intensificó hasta que.. sin darme cuenta me había apropiado de su deseo.
Necesitaba comer en mi pequeño cuenco a sus pies, mover el culito alegremente y ladrar. Surgía de mi interior algo nuevo para ofrecerle. Un pedacito oculto de mi personalidad que incluso yo misma había negado hasta que El me mostró el camino. El día que apareció con mi platito lloré. Al igual que cuando llegó con mi huesecito para chupar.
Vivo. Sueño. Lamo. Chupo. Ladro como una perra. Eso si... no me está permitido morder.
Vivo. Sueño. Lamo. Chupo. Ladro como una perra. Eso si... no me está permitido morder.
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