Como siempre anoche cuando El llegó a casa la perrita le seguía por cada habitación. Hablándole. Contándole sus tonterías. Y de repente ella comenzó a sonreir.... le miraba la nuca y pensaba en su reacción cuando recibiera su regalo. Se reiría... escribiría algún comentario... la abrazaría... conseguiría removerle hasta el fondo de su ser? Lograría llegar allá donde se cruzan deseos, sentimientos, instintos, voluntades y El se emocionaría?
La perrita continuaba sonriendo absorta en ella misma...
" - Porque ries perrita?
- No río Amo... sonrío
- Bien y a que se debe esa sonrisa mi niña?
- Uys mi Dueño no puedo decirlo.... no puedo y no me obligue por favor...
- Sabes que no puedes tener secretos para mí y has de contestar siempre cualquier cosa que te pregunte o que yo entienda que te afecta.
- Si mi Señor... pero le ruego, le suplico que por esta vez... solo por esta vez... me permita guardar el secreto de mi sonrisa. Algún día.. pronto... se lo confesaré"
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