Ofrecerme como una odalisca nacida de otros tiempos era mi regalo aquella tarde... contemplarme en sus ojos fue mi premio...
El dorado era un tesoro.... yo no soy un tesoro.. pero cuando vi las pequeñas pinzas doradas en la papelería de abajo de casa... pensé en mi cofre de madera repleto de ellas, en la sorpresa que le iba a dar a mi Dueño y en los hilos dorados para el pelo que me había comprado días antes (por si acaso de aquellas cosas extrañas que ves y adquieres porque en alguna ocasión vendrán bien) Ansiosa como soy me las compre TODAS (tampoco eran tantas)
Una vez que sonó el móvil me coloqué las pinzas en la boca, la nariz, las tetas y el coño... y le esperé como una odalisca nacida en otro tiempo con el gato cogido entre mis manos en posición ofrecida. Mi imaginación volaba en sueños de harenes repletos de esclavas, la mil y una noches, mi Sultán, mi Rey, mi Jeque... mi Propietario
Esta perra obtuvo su recompensa. La sorprendida mirada de su Dueño de arriba a abajo ante la imagen que esta esclava le ofrecía. Los azotes, las pinzas cayendo una a una al suelo, el brillo que sentía emanar de la unión de ambos cuerpos en uno solo... yo me había convertido en una simple prolongación de El.. el cuero apretando mi cintura hasta el ahogo...... los orgasmos, los gemidos, la lengua y los labios abotargados.... las tiras de cuero golpeando mi espalda... sus embestidas..
Lentamente fue desprendiendo las pinzas de todo mi cuerpo mientras el placer envolvía mi dolor y el brillo de su presencia obnubilaba mi mente
Gracias Amo por avisarme tal y como le rogué, por permitirme servirle y ser yo y por divertirle las travesuras de esta perrita que por una tarde-noche deseó ser su Sherezade particular...
No hay comentarios:
Publicar un comentario