Llevaba tiempo deseando de nuevo sentir la cera acariciar mi cuerpo, el calor que provoca que se amolde a mi piel y el temblor de no saber... ignorar... desconocer donde va a caer la próxima gota, que camino va a dibujar mientras se desliza.... encendiendo mi deseo.
Y llegó ese día. La máscara... el collar... la mesa vestida de negro... el ritual comenzaba mientras la esclava era situada en el lugar elegido por el Dueño. Le escuchaba moverse, el chasquido del mechero, sus pasos yendo y viniendo y la perra se deshacía atada e inmovilizada por saber... por empezar... por servir...
Ardía mi mente, ardía mi ser y ardía mi coño cuando sin esperarlo introdujo en mí los electrodos. Y no.. no podía moverme... y no ... no podía rechistar... y no.... solo cabía ... que mi comportamiento fuera el adecuado, que sirviera a mi Amo, que le complaciera ofreciéndole cada sacudida eléctrica entre mis piernas, cada cerco de cera en mi piel....
El látigo chasqueaba en mi cuerpo.... las lascas saltaban.... la perra gritaba... no no... no gritaba... no me permitía gritar... grito... bofetada... bofetada... grito.... shhhhhh...... silencio...... shhhhhhhhhhh........
DISFRUTA TU DOLOR Y OFRECESELO A TU AMO PERRA
Con los pezones atados y Sus Manos tirando de la cuerda Su voz se inscrustaba en mi interior. Recorría mis venas incluso a mayor velocidad que la sangre.... se incrementaban los latidos... la velocidad... el dolor y el deseo de servirle, de ser su puta cerda, su esclava, su perra... su juguete, la más arrastrada, la más guarra, la más masoquista.... la peor.... porque en mi mente se encendía una luz....... siendo lo peor llegaré a ser la mejor para mi Dueño. El, en su generosidad infinita, permitio que este animal se corriera una y otra vez... y vuelta a empezar... a encederme de pasión, a chorrear, a suplicar bastardamente que me concediera Su Gracia......
Pero aún quedaba........
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