EL GANCHO

...y sin mediar palabra lo introdujo en mi vagina. Uffff. Tan frío tan duro..

Había llegado a casa hacía ya varios días. A pesar de que yo recogí el paquete lo dejé depositado en el dormitorio y como siempre la orden era no mirar, no tocar, no curiosear su contenido. Incluso así imaginaba de qué se trataba porque ya mi Señor se había mostrado interesado en adquirir un objeto como aquel.

Estaba acostumbrada ya a esperar que El decidiera en qué momento enseñarme sus compras. A veces regalos preciosos... collares, anillos, pendientes... a veces como a mí me gusta decirle entre bromas... "Amo guarrerías... compréme guarrerías" Y el sonríe y es precioso contemplar esa sonrisa.

"No era una persona sino un animal... una perra en celo"

Llegó el momento oportuno. Y me llamó al dormitorio y lo ví. Un gancho plateado frío y brillante. Mmmmm.... que tortura deliciosa se adivinaba en mi mente calenturienta....

El lo tomó entre sus manos y sin mediar palabra lo introdujo en mi vagina. Uffff. Tan frío tan duro. El cuerpo entero se estremeció y los espasmos de mi coño se apoderaron de todo mi ser extendiéndose en sólo un segundo.... Ay... que placer!!! Y que agonía!!! "Perra tienes prohibido correrte" Que me muero Amo!! Que me muero....

El flujo me chorreaba por las piernas. De pié ante El escuchaba su orden. " Puta aprieta el coño! Pero tienes prohibido correrte" Aquella orden era imposible de cumplir. Apretar el coño y no correrme era del todo incompatible. Grité que no podía. Grité descontrolada que NO PODIA!! Y mi Señor se reía repitiendome

"pero que puta eres.. una orden tan sencilla... que puta"

Y me corrí. Gritaba como una posesa mientras solo sentía espasmos, calambres, puro placer por todas mis celulas provocado por el frío metal.... No... provocados por mi Dueño. El es quien únicamente tiene el poder de ponerme en esa situación.

Las bofetadas caían sobre mi cara mientras gritaba de extasis... bofetadas que fueron seguidas de latigazos sobre mis pechos. No sé cuanto tiempo estuve así. En ese estado de .. no sabría como denominarlo. Solo me sentía coño, cara abofetada, tetas azotadas. No era una persona sino un animal... una perra en celo.

"No sé cuanto tiempo estuve así"

Exhausta sentí como El sacaba el artilugio de mi coño para acercarmelo a la boca. Sucio... lleno de un liquido transparente y grumos blanquecinos que deleitaron mi paladar. ¡ Que puta y que perra! Y sí.. puta y perra saboreaba mi propio flujo... mmm que rico... que rico....

Todo había terminado? NO..... conociendole como le conocía era más que imposible que su juego parara ahí. Y no me equivoqué. Me ordenó dar la vuelta y sumisamente yo obedecí. Que me agachara y.... así sin más... sin crema... sin reparo... tomando lo que es suyo introdujo el gancho esta vez en mi culo de perra.

Ahora no estaba tan frío. Mi coño le había dado calor y agradecí ese calorcito en el ano. El ató una correa al enganche del aparato y me paseó por la casa.... Me hizo caminar grácilmente... todo lo grácilmente que alguien puede pasear con un gancho en el culo claro está. Pero yo me esforzaba en agradarle. Tendría que pasear muchas veces más así a lo largo de mi vida... y lo sabía.

Cuando conseguí adquirir algo de elegancia.... me tumbó en la cama... abrió mis piernas.... y me folló sin descanso. Me corrí sin descanso.... sentí su leche inundar mi coño.

Acabó ahí? No...... Al finalizar .... y una vez fuera... me acercó el gancho a la boca... y me ordenó... LAME PERRA.. DEJALO BIEN LIMPIO.

Lo miré con cara sorprendida. Estupefacta. Pero siempre... siempre... hay algo superior en mí... la necesidad de obedecer. Y la perra sacó la lengua... y dejó su regalo reluciente y preparado para la.... PROXIMA VEZ!!